Pese a la tendencia que puede observarse en los últimos doce meses de descenso del paro y aumento de la afiliación, permanecen algunos desequilibrios. Destacamos algunos de ellos: la desigualdad regional en el camino de la recuperación, la elevada temporalidad del empleo generado, el déficit de trabajadores para algunos puestos y la demografía, que revela una población altamente envejecida.
En este artículo se hace un análisis de estas cuestiones y se proponen algunas posibles soluciones. En especial, se argumenta en favor de la movilidad interregional. Pero se advierte que esto, en la práctica, tampoco está exento de problemas.