Utilizar un proceso de selección «a ciegas» tiene sus ventajas. El llamado currículum ciego permite eliminar en las primeras fases de la selección a aquellos candidatos que no resultan adecuados cuando su imagen parece indicar que sí lo son. Además, para los candidatos resulta el método menos discriminatorio, al valorar sus competencias y formación de la forma más objetiva.
Sin embargo, en muchas ocasiones no resulta mejor opción para detectar al profesional más idóneo. Se le achaca, fundamentalmente, que no es válido para detectar la marca personal del aspirante, y que para algunos empleos o sectores, la imagen física, sin que llegue a ser algo prioritario, juega un importante papel para su desempeño.