Fijo discontinuo, el tipo de contrato que más crece

Desde el comienzo de la crisis, la tasa de temporalidad se ha reducido, pasando del 30% a menos del 27%. Esto es así, en gran medida, por la proliferación del contrato fijo discontinuo, mediante el cual el asalariado trabaja sólo durante los períodos que el empleador requiere sus servicios, permaneciendo en desempleo el resto del tiempo.

Se trata de una modalidad de contratación muy ligada a los trabajos de temporada, y, por tanto, con cierta similitud con el empleo temporal, a diferencia de que sus trabajadores tienen prioridad para volver a la empresa cuando demanda mano de obra y una mayor protección frente al despido. Su ritmo de creación es del 6,6% interanual, el doble que el del resto de contratos.

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