Las previsiones del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop) son que, para 2025, el 49% de los puestos de trabajo requieran cualificaciones medias (FP), el 37% altas (FP superior y estudios universitarios), y solo el 14% estén ocupadas por personas con baja cualificación.
Sin embargo, aunque en España en los últimos cinco años el número de alumnos matriculados en Formación Profesional ha crecido un 20%, solo un 12% de los alumnos optan por estos estudios, (la media de los países de la OCDE es del 25%), y su tasa de empleabilidad es del 74%.
Por otro lado, la carencia de una cualificación impide o ralentiza que la población pueda seguir formándose, lo que coloca a España en una situación de desventaja con respecto del resto de países de la Unión Europea. Para corregir este desajuste, el gobierno pretende conseguir que, al menos, 3,3 millones de españoles con experiencia profesional, pero sin titulación, puedan acreditar sus años de trabajo y que puedan matricularse en estudios de FP, para lo que se flexibilizará el sistema, convalidándose algunas asignaturas, se aumentarán las plazas ofertadas y se crearán nuevas titulaciones vinculadas al mundo digital.
Actualmente son las comunidades autónomas las que convocan puntualmente los procedimientos de acreditación, sin embargo, se pretende que, a partir de ahora, las convocatorias sean permanentes y los aspirantes puedan solicitar la evaluación en cualquier momento.