La crisis económica y el consiguiente descenso en la venta de los libros ha supuesto en España el cierre de librerías tradicionales y la pérdida de casi 300 editores en los últimos cinco años. Sólo el 2% de las editoriales tiene un volumen de producción superior a los 300 libros anuales.
En este contexto, las pequeñas editoriales necesitan reinventarse, y recurren a fórmulas de mecenazgo y crowdfunding para subsistir, frente a las grandes. En cuanto al soporte, hay que destacar que, aunque los formatos electrónicos han ido encontrando su lugar en el mercado, el 70% de las ediciones continúan apareciendo en papel.