Montar tu propia empresa es una decisión de riesgo. Nadie tiene el éxito asegurado, y llevar a cabo tu propia idea de negocio y ser tu propio jefe es una idea apetecible… hasta que no puedes pagar las facturas. Por eso, si cumples con alguna de las siguientes características, deberías posponer la decisión:
- No tienes ahorros.
- Necesitas ganar dinero rápido.
- No tienes un plan de negocio.
- No tienes dotes comerciales.
- No tienes experiencia en el sector.
- Piensas que vas a hacer sólo lo que te gusta.
- No sabes si tu producto tiene un mercado.
- No quieres trabajar demasiado.