En el nuevo entorno digital aflora una necesidad de cuidar la propia identidad y, a grandes niveles, un nicho de mercado. Por ello, entre el brand manager, el director de comunicación corporativo, y hasta el abogado, aparece el identity manager, que vela por la gestión de la identidad digital, sus valores a transmitir y sus derechos.
Se trata un oficio en el que quien lo desempeñe, además de ser un experto en el sector, en comunicación y en marketing, deberá desarrollar sus habilidades para conocer al cliente incluso mejor de lo que él se conoce a sí mismo. Tendrá que convertirse en su mejor aliado, pero también en su principal crítico para evitar que se acomode.