Atrás van quedando los tiempos en que las primeras compañías españolas se instalaban en el extranjero, y sus empleados se instalaban allí por varios años, para volver a España con mayor solvencia económica. Hoy en día son muchas las empresas que se internacionalizan, y sus trabajadores asumen la movilidad como parte de su desarrollo y carrera profesional.
Así, el expatriado de hoy es muy distinto al de antes. Por un lado, la generación milenial es muy proactiva a la hora de trabajar en el extranjero; por otro, existen otras formas, como los llamados commuter, que se desplazan de lunes a jueves o viernes y regresan a su país el fin de semana, o los ejecutivos que viajan de forma esporádica y por distintos períodos de tiempo. Y además de las grandes empresas, son muchas ya las pymes y start up que se interesan por enviar a sus trabajadores fuera.