Los ERTE a raíz del coronavirus tendrán la consideración de fuerza mayor con un plazo máximo de cinco días para que la autoridad laboral se pronuncie, operando el silencio administrativo como positivo.
Por tanto, los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en la crisis del coronavirus no tendrán que hacer ninguna gestión ante el servicio estatal público de empleo (SEPE) para cobrar el paro. Además, se agilizan los plazos para solicitar reducciones o adaptaciones de jornada.