Se piensa que en la recuperación, tras la crisis del COVID-19, la construcción va a jugar un papel fundamental. Los expertos incluso vaticinan que va a salir reforzado el sector inmobiliario residencial, que tiene una gran capacidad de generar puestos de trabajo en nuestro país.
Durante la crisis financiera de 2008, muchos de sus empleados se desplazaron hacia el sector servicios, y hoy se espera que esos mismos trabajadores vuelvan a la construcción, ya que se espera que el turismo tarde mucho más en reactivarse. Por ello, se espera entre 1,5 y 2 millones de trabajadores en el sector.