Las nuevas profesiones que aparecen: hacer videojuegos no es un juego

Si queremos ser una referencia en esta nueva economía se hace imprescindible adoptar con carácter urgente medidas más ambiciosas de cara a adecuar la educación en todos los niveles a la nueva realidad en la que vivimos. Un entorno tan cambiante que ni siquiera sabemos cómo serán las profesiones dentro de 10 años.
Debemos también aprovechar el atractivo que para la juventud tienen ciertas profesiones vinculadas a la industria del conocimiento y de la economía digital para convencer también a los padres del potencial económico y el valor añadido que estas industrias tienen y así animarles a que perciban la formación de rango universitario en estas disciplinas como una oportunidad de futuro profesional para sus hijos.
El sector de los videojuegos puede servir de ejemplo en este ámbito. Hay que dejar claro, de entrada, que hacer videojuegos no es un juego. Estar a la altura de los exigentes requisitos de este sector productivo requiere del dominio de diversas materias, de muchas disciplinas y de ciertas competencias que son críticas, sobre todo, si se quiere ser un profesional competitivo. Para ello, la clave es la educación.
Nuevas tecnologías
La adecuada transmisión de conocimientos requiere de una profunda transformación, debemos aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías para mejorar la experiencia de aprendizaje e interesar y conectar emocionalmente al alumnado, sobre todo, con aquellas materias más áridas y complejas.
En el caso de la formación de grado universitario, necesitamos una formación que eduque no sólo en conocimientos y en el desarrollo de destrezas y habilidades, sino también en valores. El sentido de responsabilidad, el valor del esfuerzo, el compromiso individual junto con unos estándares de calidad y máxima exigencia deben formar parte de las propuestas académicas.
La formación tiene que ser además eminentemente práctica. Cuanto más próximos a casos reales sean los proyectos a los que enfrentemos al alumnado, en mejor disposición estará de ser productivo cuando egrese de la Universidad y se convierta en profesional. Tenemos que vincular los estudios a las necesidades y a las demandas de las empresas, más aún en un sector tan innovador como el de los videojuegos, en el que los cambios son una constante.
Las universidades, además, debemos ser un agente activo en la generación de nuevo conocimiento e integrar éste de manera continuada en el contenido curricular. Con ello cumpliremos un doble objetivo: por una parte, ser siempre capaces de responder a las necesidades de la empresa y, por otra, conseguir que los conocimientos del alumnado estén periódicamente actualizados.
La velocidad de los cambios y la irrupción constante de los nuevos conocimientos que éstos acarrean nos obligan, además, a dotar al alumnado de las habilidades y las herramientas necesarias para que sepan adaptarse de manera eficaz a dichos cambios y a gestionar de manera adecuada entornos de incertidumbre.
Debemos enseñarles también a utilizar y aplicar ese conocimiento con sentido crítico y de manera constructiva y creativa. No tengo ninguna duda del extraordinario talento que existe en este país. Si somos capaces de formarlo de la manera adecuada, contribuiremos al despegue del sector de los videojuegos.
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