Ya en junio, la actividad de las fábricas españolas experimentó un fuerte incremento que devolvió al sector a terreno expansivo tras el desplome experimentado durante el estado de alarma por el coronavirus., La producción y los nuevos pedidos volvieron a crecer en julio y, en ambos casos, fueron los mejores incrementos observados desde principios de 2018.
Sin embargo, las empresas continuaron operando muy por debajo de su capacidad y, como las cargas de trabajo en general siguieron siendo bajas, el nivel de empleo en general disminuyó por decimoquinto mes consecutivo. Los fabricantes, en general, esperan una recuperación constante, pero con notables riesgos a la baja ante la expectativa de un resurgimiento de la covid-19 y el consiguiente impacto negativo sobre la actividad económica en general.