En España, a finales de 2020, más del 25 % del total de los desempleados tenían más de 50 años. Ante el envejecimiento poblacional, se hace complicado regresar al mundo laboral cuando las empresas prefieren a sus candidatos jóvenes y con experiencia. Para conseguirlo, hay que presentar un currículum (CV) bien redactado, con información relevante y diferencial, sabiendo concentrar la atención del reclutador en un mensaje concreto.
Desde Camino SAVIA se recomienda que el CV tenga la siguiente estructura:
- Nombre.
- Puesto al que se opta. Conviene investigar cómo llama el mercado a la especialidad.
- Datos para encontrar al candidato (Call to action): teléfono, correo electrónico, etc.
- La foto es opcional, dependiendo del país. Si se pone, debe ser profesional.
- Propuesta de valor. El CV debe estar enfocado a un puesto concreto.
Y que se organice de la siguiente manera:
- Diseñado en dos columnas: una más ancha (experiencia y formación) y otra más estrecha (competencias y logros).
- Dividido por bloques y puntos de referencia.
- Resaltando en negrita y/o colores los principales términos o palabras clave (keywords).
- Con enlaces que den acceso a más información del candidato.