Desde 2008 hasta la actualidad, el sector de población más damnificado por la crisis económica ha resultado ser el de los jóvenes. En relación a la Unión Europea, España tiene el doble de jóvenes desempleados y de jóvenes contratados con duración determinada y a tiempo parcial. Esto se explica, en buena medida, por el predominio del sector servicios en nuestra economía , y por la tendencia a utilizar el contrato temporal para actividades que son, en principio, indefinidas. A lo que hay que añadir los contratos como falsos autónomos tan utilizados en la economía de plataformas.
Consecuencias destacables de esta situación que viven nuestros jóvenes son, por un lado, la gran dificultad para la emancipación, a la cola de la Unión Europea en este aspecto, junto con los de Italia, Eslovaquia, Croacia y Malta; y, por otro lado, la emigración de los que quieren escapar de la precariedad, lo que supone una importante pérdida de capital humano para nuestro país. Para mejorar todo ello, los expertos no tienen una respuesta común, y proponen medidas muy diferentes unas de otras: simplificar el mercado laboral suprimiendo lo que se haya revelado como ineficaz, penalizar la contratación temporal de actividades presumiblemente indefinidas, renta básica para determinadas situaciones…