Con la actual situación, los emprendedores viven un momento de incertidumbre. Deben revisar cómo les va a afectar la crisis a su negocio, así como reducir costes, ver cuánto dinero tienen en caja y gestionar las finanzas de la forma más eficaz posible y hacer un buen seguimiento de cada gasto. Para retomar su actividad tendrán que hacer un análisis y evaluación de su proyecto, así como de los recursos con los que cuentan y las posibles oportunidades de negocio que puedan aparecer.
En el caso de los negocios digitales, las perspectivas son optimistas, puesto que el comercio electrónico se ha disparado con la declaración del estado de alarma, y se ha generado una tendencia. Por ello, quienes estén preparados para dar soluciones a las necesidades digitales podrán seguir desarrollando y ampliando su negocio. Por el contrario, quienes se hayan quedado atrás deberán emplear su tiempo en comenzar un proceso de digitalización.