Actualmente, en la mayoría de las empresas los empleados desempeñan sus funciones de 9 de la mañana a 5 de la tarde, cinco días a la semana, con una hora de descanso; incluso con la posibilidad del teletrabajo, este modus operandi ha sido trasladado al hogar. Sin embargo, el 65% de los españoles prefiere una jornada personalizada, según el I Estudio de los ritmos de trabajo en 2020, liderado por Welcome to the Jungle, plataforma de búsqueda de empleo.
Samah Karak, doctora en neurociencia y fundadora del instituto de investigación Social Brain, expone que esta libertad de elección de horario tendría consecuencias positivas para las empresas, ya que las personas tienen dos picos de atención, uno a las diez de la mañana y otro a las seis de la tarde. Asimismo, existen dos perfiles de personas: quienes trabajan mejor por la mañana y los que son nocturnos, por lo que la flexibilidad horaria les permitiría estar en sintonía con su cronotipo y ser más productivos en sus picos de atención.
Por otro lado, la mala gestión del horario flexible podría provocar problemas de desconexión y trabajar un número de horas mayor al debido, lo que repercutiría en la aparición del síndrome burnout (quemarse en el trabajo)..