Las pequeñas y medianas empresas españolas pueden encontrar una oportunidad de internacionalización en los países de Europa del Este. En primer lugar, existen unas buenas y rápidas conexiones de estos países con España que permitirían un intercambio de mercancías en tiempo óptimo.
Además, países como Moldavia o Ucrania están bien industrializados, con lugares dedicados a la industria y ayudas gubernamentales para la creación de nuevas fábricas, y otros como Rumanía o Bulgaria tienen una mano de obra más barata con respecto al resto de la Unión Europea.